Las Valquirias de Richard Wagner
Artículo basado en el libro: "La huella vikinga: Una era que transcendió la historia y ha conquistado nuestra cultura" de Laia San José Beltrán.
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Munich, 26 de junio de 1870. El Nationaltheater München está lleno hasta la bandera de un público expectante por ver el estreno de la segunda ópera de la tetralogía “El anillo del nibelungo” de Richard Wagner. Esta ópera titulada “Die Walküre”, es una de las primeras veces en que los espectadores podrán ver la representación de una valquiria (de ahí el título de la ópera), la figura femenina por excelencia asociada al mundo vikingo. La imagen de la valquiria en esta ópera, junto con las representaciones de pintores y artistas en esa época, será la imagen que nos llegará a la actualidad, más de 150 años después, insertando este personaje de la mitología nórdica en nuestra cultura popular. Desde un cuadro prerrafaelita, hasta un videojuego de la actualidad, la figura de la mítica valquiria apenas ha variado desde que Wagner la representara aquel verano de 1870. Sin embargo, ¿es esta una representación fidedigna acorde a las fuentes literarias de la mitología nórdica? En este artículo analizaremos brevemente las fuentes literarias y mitológicas en las que se basó el propio Wagner para la creación de su ópera más famosa.
Wilhelm Richard Wagner, nació en el año 1813 en Leipzig, entonces perteneciente al reino de Sajonia, en el seno de una familia humilde. Wagner se quedó huérfano de padre con un año de vida, pero su madre se volvió a casar pronto con un dramaturgo. Su nuevo padrastro le inculcó la pasión por el teatro y la música haciendo que Wagner se convirtiera en compositor, ensayista, director de orquesta y dramaturgo. En sus obras no solo se encargaba de la música, sino que asumía la elaboración del libreto y la escenografía. Su tetralogía más famosa, inspirada en la mitología nórdica y germánica, comenzó en 1869 con el estreno de la primera ópera, "El oro del Rin”. Le seguiría “La Valquiria” en 1870 y “Sigfrido” y “El ocaso de los dioses”, ambas estrenadas en 1876. Este conjunto de óperas narra la historia de la creación del anillo mágico forjado por el enano nibelungo Alberich con el oro del Rin. Un anillo con el que su portador puede dominar el mundo (ya sabemos de dónde sacó Tokien la idea) si acepta pagar el precio de su maldición. Por este anillo lucharán dioses como Wotan (versión germanizada de Odín) hasta que lo recupera el héroe Sigfrido, que terminará traicionado y asesinado por su amante, Brunilda, una valquiria desleal e hija de Wotan. Brunilda devuelve el anillo al Rin mientras los dioses son destruidos. Dejando de un lado el subtexto contemporáneo (de entonces) de la trama (luchas de amor, conflictos de poder…), también podemos observar un contexto mitológico en el que estas óperas beben de las Eddas nórdicas, de la Saga de los Volsungos, de mitos germánicos como El cantar de los Nibelungos y de obras como las del filólogo y mitólogo Jacob Grimm, uno de los hermanos Grimm. En la ópera "La Valquiria", es donde Wagner forja el personaje femenino por excelencia de la mitología nórdica. El fragmento más conocido de la ópera es “La cabalgata de las valquirias”, fuente de inspiración de innumerable pinturas con motivos bélicos en donde aparecen las semidiosas hijas de Wotan, portando increíbles armaduras a lomos de caballos alados surcando los cielos en busca de heroicos guerreros caídos que llevarle a su padre.


"La Cabalgata de las Valquirias" de William T. Maud (1890) (Fuente: Wikipedia)
En la ópera de Wagner, las valquirias son hijas del dios Wotan y la diosa Erda, la madre Tierra. Son 9 doncellas guerreras cuyo deber es defender el Valhalla (el Olimpo germánico) del acecho de los nibelungos, los malvados enanos. Además, también deben recoger las almas de los soldados muertos en combate, para llevarlas a su padre al Valhalla. Al principio de la obra se enfrentan dos personajes, Sigmundo y Hunding, por el amor de Siglinda. Wotan manda a Brunilda (una valquiria) para proteger a Sigmundo, pero la esposa de Wotan (Fricka) lo recrimina por ello, ya que sabe que Sigmundo y Siglinda son hermanos, hijos del propio Wotan. Entonces, Wotan cede al chantaje de su esposa y manda a Brunilda para favorecer a Hunding. Sin embargo, Brunilda conmovida por la pasión de Sigmundo, decide protegerlo. Wotan, enfurecido, mata a Sigmundo y Brunilda huye con Siglinda, que está embarazada. Wotan encuentra a Brunilda y la castiga quitándole su condición de valquiria y condenándola a permanecer dormida hasta que un guerrero valeroso la encuentre y la despierte (clara referencia a “La bella durmiente” de los hermanos Grimm). Ese guerrero será Sigfrido, hijo de Sigmundo, y Siglinda, el que matará al dragón Fafner y se apoderará del anillo. Sigfrido, tras rescatar a Brunilda se enamora y ella renuncia a la inmortalidad y al mundo de los dioses por él. Luego, Sigfrido parte en un viaje en el que se encuentra con Gunther, heredero de los Gibichungs, quien busca una esposa para él y un marido para su hermana. Siguiendo a su consejero, Sigfrido decide casarse con la hermana de Gunther, mientras que Brunilda se casará con el propio Gunther, pero es algo difícil ya que Sigfrido está enamorado de Brunilda. Por eso Gunther le proporciona una poción mágica que le permitirá olvidarse de todo. El día de la doble boda, Brunilda reconoce a Sigfrido con la hermana de Gunther, se siente traicionada y descubre el engaño elaborado por Gunther, por lo que éste decide asesinar a Sigfrido para recuperar su prestigio. Gunther tratará de robarle el anillo a Sigfrido pero es Brunilda quien lo recupera y lo devuelve a las doncellas del Rin, acabando con la maldición. Finalmente, montada sobre un caballo como una auténtica valquiria, Brunilda cabalga hacia la pila funeraria de Sigfrido, uniéndose a él en un muerte abrasadora.
Aunque parezca una trama muy elaborada, la mayoría de ella proviene de la literatura medieval. Por ejemplo Brunilda está inspirada en la valquiria Brynhildr de la mitología nórdica y la reina de tipo amazónico Brünnhilde de la literatura germánica. Brynhildr, la Brunilda nórdica, es un personaje que aparece tanto en la Edda poética, como en la Edda prosaica, en diferentes poemas. Aunque parezcan poemas de la época vikinga, es posible que estos poemas sean posteriores a dicha época; sin embargo, la historia en sí es mucho más antigua. Este personaje tiene el mayor desarrollo en la Saga de los Volsungos, una saga escrita en prosa islandesa a finales del siglo XIII. En esta saga, Brynhildr es una doncella escudera y una valquiria, pero no es hija de Odín ni tiene 8 hermanas como en la ópera de Wagner. Es hija de Bǫðli, un rey legendario, y Odín la envía a decidir un combate entre dos reyes en el que debe favorecer a uno de ellos. Sin embargo, decide salvar al otro desatando la ira de Odín y su posterior castigo: quedar recluida en un castillo hasta que sea rescatada. El héroe Sigurd, mata al dragón Fafnir y la rescata apoderándose del tesoro mágico que se convertirá en el oro del Rin. Los paralelismos en esta obra y en la ópera de Wagner son evidentes, pero no acaban aquí, ya que la trama con el rey Gunther y su hermana se replica de la misma forma, pero con diferente desenlace. En esta saga, cuando Brynhildr se entera del engaño, mata a Sigurd como venganza, pero su muerte le pesa tanto que acaba suicidándose, descansando eternamente junto al cuerpo de su amado, pero esta vez sin fuego.


Representación de Brynhildr (Brunilda) por Arthur Rackham (1867-1939) (Fuente: Wikipedia)
Por otro lado, la Brunilda de la literatura germánica (Brünnhilde) es un personaje que aparece en El cantar de los nibelungos, un cantar de gesta compuesto alrededor del siglo XIII. Se trata de una epopeya nacional al nivel del Cantar del mio Cid español o la Chanson de Roland francesa. En este caso no es una valquiria, sino una reina islandesa del tipo amazónico pero, al igual que en la tradición escandinava, contribuirá a la muerte de Sigfrido, quien la humilla casándose con Krimilda, mientras que ella se tiene que casar con el rey borgoñón Gunther. Aunque en esta versión Brünnhilde no acabe con Sigfrido, estos emparejamientos poco afortunados desembocaran en una tremenda enemistad entre Brünnhilde y Krimilda, que a la larga acabará con la muerte de Sigfrido a manos de Gunther. Aunque el título de la ópera de Wagner haga referencia a los nibelungos de la tradición germánica, el argumento y el desarrollo es más similar al que leemos en la Saga de los Volsungos, seguramente porque en la tradición germánica el personaje de Brunilda tiene menos fuerza e interés que en la tradición nórdica.
¿De dónde sacó Wagner todas estas ideas? En 1775, en medio del Renacimiento gótico que llevó a las primeras ediciones en idiomas modernos de las historias mitológicas escandinavas y germánicas, se rescató por primera vez esta historia, pero mucho más centrada en la figura de Krimilda (hermana de Gunther con quien se casa Sigfrido) que en la de Brunilda. Luego, mediante sucesivas versiones, la figura de Brunilda fue cogiendo cada vez más protagonismo, y un siglo después, cuando Wagner comenzó a escribir su obra, Brunilda se convirtió en la figura principal. Brunilda es la valquiria por excelencia, y la mayoría de representaciones de estos seres mitológicos han bebido de la que el gran compositor Richard Wagner hizo en una de sus óperas más famosas.
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